Para poner colofón a unas Jornadas apasionantes, no podía haber nada mejor que una fiesta extraordinaria, que es lo que disfrutamos el día 9 de noviembre, último día de las Jornadas BDSM.
Personas venidas de distintos lugares (de
Asturias, pero también de Mallorca, Madrid, País Vasco... ¡Y hasta de Uruguay!)
nos acompañaron en una velada que para más de uno será inolvidable.
La velada comenzó con la exposición de fotografía (y que estará en El
Triskel del Norte hasta finales de Diciembre), al calor de risas y una complicidad
de la que se fue dando muestra a lo largo de la noche.
Compartimos mesa y mantel durante una cena en la que, además de los
deliciosos cachopos, compartimos conversación e intercambiamos impresiones
sobre la escena BDSM en distintos lugares del mundo, y, cómo no, el ganador del
concurso de relatos, Akerbeltz, recibió de manos de un miembro de la Junta de
A.C.A BDSM el premio que le otorgó el jurado, cortesía de Planeta BDSM, y nos
dirigió unas breves palabras.
Poco a poco nos fuimos animando en la nueva mazmorra, y hubo quien probó
los azotes con paleta y fusta, quien se animó con una momificación a dos
sumisos a la la vez y quien fue torturado con cosquillas y algún que otro golpe
testicular, aunque, sin duda la escena por excelencia fue el juego de cera
entre dos participantes y los azotes de fusta para retirar la cera, todo
amenizado por los comentarios de un sumiso que, visionando, dio muestras de
haber disfrutado con lo que acababa de ver.
La noche se fue estirando hasta horas intempestivas y había que pensar en
ir marchando para casa, si no queríamos que nos cogiese el día. Despedida a
ritmo de tango, con piezas interpretadas de motu
proprio por dos sumisos y muchísimos momentos de complicidad, muchísimos
recuerdos para atesorar en los que algunos pensamos una vez en nuestras camas,
al cerrar los ojos, ya con el canto del gallo sonándo en nuestros oídos, eso
sí, a ritmo de tango.
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