

No resultó fácil, el viento movía las cuerdas provocando así mas cosquillas de las siempre necesarias y también mas risas. Pero como mas vale maña que fuerza, poco a poco el trabajo iba saliendo y la cámara de fotos no paraba de sonar dejando así muchas instantáneas que capturaron momentos mágicos e incluso inverosímiles.



Cuerda por aquí... cuerda por allá y "voilá" otro fantástico trabajo que se mimetizaba perfectamente con el paisaje.
Las nubes se nos echaban encima, y el viento ya nos enfriaba hasta las ideas (y eso es muy difícil), así que tras recoger y dar un paseo por un cementerio cercano, pusimos rumbo de nuevo a la capital asturiana.

Pero había ganas de mas... y con una visita rápida a los prerromanicos ovetenses nos animamos para sacar de nuevo las cuerdas, asombrando a algunos de los visitantes que nos miraban entre sonrisas y curiosidad. Lametones y toqueteos a pezones arquitectónicos y mucho mas frió después, decidimos terminar la jornada en nuestro local, El TrisKel del Norte.
Al buen cobijo de nuestra mazmorra y mucho mas calentitos y con menos ropa, no podía ser de otra manera, las cuerdas volvieron a ser las protagonistas, pasando por diferentes manos y cuerpos.
Iluminados por la luz de las velas el ambiente se caldeaba y apetecía mucho mas... Pero como siempre, eso queda para quienes allí estuvimos.
Muchas gracias por una estupenda velada!!
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